En una librería de México DF debe estar todavía un cuaderno amarillo, con hojas cuadriculadas y tapa dura, sostenidas por un espiral de alambre. Debe estar en la parte de escritores latinoamericanos. Ahí lo olvidé. Cuando descubrí que me faltaba, volví. Varias veces volví durante un mes, pero nada. En el cuaderno tenía apuntes e historias de fotos tomadas en muchos viajes. Intentaré recrearlo. Advertencia: seguramente algunas historias se quedaron perdidas entre otras historias ajenas, quizá otras se están conjungando irregularmente al momento de invocarlos. Me tomo esa licencia // Martín Appiolaza

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