Detrás de Pachacamac está Pachacamac. Desde el mar se ven las ruinas restauradas que alguna vez fueron un complejo religioso hacia donde peregrinaban incas para adorar a la luna al sol y a la tierra. Pacachamac tapa a la otra Pachacamac, la villa que trepa por los cerros arenosos, hacia donde siguen llegando peregrinos desplazados desde la sierra que migran a Lima para buscar otra vida. Pachacamac, la visible, es una atracción turística. Pachacamac, la que no se ve, es un suburbio en el valle de Lurín a unos kilómetros de Lima donde algunos llegaron para quedarse.
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